martes, 23 de octubre de 2007

El alma de los animales


Cotilleando en la nueva revista del País semanal (por cierto, el nuevo formato no me gusta nada) encontré esta foto de Gregory Colbert, que me ha cautivado de forma especial.
Gregory Colbert es un fotógrafo canadiense, que ha hecho una serie llamada Ashes and Snow, que tiene una sensibilidad especial, al menos para mi.
Se trata de una colección de fotografías de animales en África, relancionándose de forma casi humana con personas. Para muestra, un botón.

Un niño leyendole a un elefante, y este se deja arrullar y parece que escuchara medio dormido, pero atento.

Es genial, no tengo otra palabra.

Por cierto, todas las fotografías de la colección en:

[Ashes and snow]

jueves, 4 de octubre de 2007

un mal día

Hace mucho tiempo que no escribo nada aqui. Tampoco tenía ningún motivo específico, ya que decidí que escribiría solo lo que tuviera un sentido importante para mi, y hacía mucho tiempo que no sentía la necesidad de expresarme así.

Hoy, a las 8 de la mañana, ya en pleno atasco matutino de camino al trabajo, a Carles Francino se le ha quebrado la voz, y llorando, me ha comunicado que Carlos Llamas había sucumbido al cancer que le llevaba dominando 1 año y había fallecido esta madrugada. Se que lo ha dicho en antena y que a esa hora el programa tiene mas de 4 millones de oyentes, pero me lo ha dicho a mi, porque yo tambien me he puesto a llorar.
Carlos Llamas ha sido un referente diario para mi durante muchos años, un periodista que decía la verdad, investigaba y sacaba punta a las noticias, declaraciones, pero siempre con respeto e inteligencia. Sus opiniones se han convertido en las mías.

Recuerdo su voz desde hace mucho tiempo, mi madre siempre ha puesto la radio en casa. Recuerdo que fue uno de los motivos por los cuales yo empecé a escuchar la radio por la noche, cuando estudiaba en BUP para los exámenes.
Hoy he descubierto que solo me duplicaba la edad, tenía 52 años, mas joven que mis padres.
Siento haberle perdido, lo siento como algo personal, aunque nunca hasta hoy había visto su cara, me lo imaginaba como un viejo profesor, con su voz profunda y cascada, dándome clases, cada día, de como afrontar la vida.
El cancer me ha quitado algo importante hoy, como también se llevó a mi abuelo y a tantos otros.

Carlos, te voy a echar de menos, no sabes cuanto.